Comunicado. En 2011, The Hershey Company se acercó a Cargill con una dulce propuesta: tomar el flujo de desechos del chocolatero y conviértelo en alimento para animales de ganado.
Actualmente, Cargill cuenta con una planta completa en Chambersburg, Pensilvania, en Estados Unidos, dedicada a este esfuerzo amigable con el medio ambiente, la economía y la nutrición. Allí, su equipo convierte decenas de miles de libras de residuos de chocolate de Hershey al año en ingredientes para piensos para vacas, cerdos y otras especies de ganado.
Eric Boyle, director senior de productos básicos y adquisiciones de Hershey, comentó: “Es una asociación natural que ha brindado golosinas para nuestro ganado local. Cuando se trataba de encontrar un socio que nos ayudara con este proceso, sabíamos que la confianza y la tecnología eran dos factores críticos. Después de una cuidadosa consideración, nos dimos cuenta de que Cargill encajaba perfectamente. No sólo podíamos confiar en ellos para manejar el proceso de manera segura, sino que su tecnología avanzada los convirtió en la elección clara para nosotros”.
La planta de Cargill recibe grandes cajas de cartón de varias instalaciones de Hershey. En esas cajas hay cosas como trocitos de chocolate y regaliz, así como envoltorios que el equipo tiene que separar. Una vez hecho esto, se recicla el cartón y se compacta lo que se puede enviar los envoltorios y el exceso a un incinerador para convertirlo en energía.
A partir de ahí, se deja que las porciones comestibles se sequen de forma natural, se trituran en partículas más pequeñas y se mezclan con los ingredientes del alimento seco, como un batido. Antes de terminar, se hace todo lo que se haría para procesar un producto: ajustar el valor nutricional de la harina de caramelo y el control de calidad. El resultado: alimento nutritivo para vacas, cerdos y otros tipos de ganado.
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